La arquitectura de una biblioteca nacional habla el lenguaje de la ciudad

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VisualARQ, el software de forma libre en 3D, estudia diseños arquitectónicos en todo el mundo. Imagen: J. J. Pan & Partners

En VisualARQ comprendemos lo que hay detrás de un arquitecto: un creador y un técnico. No es sólo alguien que imagina y esboza. Es también alguien que escucha las necesidades humanas para ofrecer soluciones y domina la técnica que las hará posibles. Alguien que descifra un código y lo hace suyo.

No hay arquitecto que no quiera dejar su huella en sus encargos, poner su sello personal en los proyectos que realiza. Pero no suelen construir en páramos desolados sino en tramas urbanas en las que deben integrarse de forma que con el tiempo su obra sea un eslabón más en la cadena de edificaciones. No basta con ello, sino que deben cubrir las necesidades de los habitantes del entorno, tanto si serán usuarios del nuevo edificio como si no. Deben encontrar la manera de conciliar su creatividad con la personalidad del lugar. Cada uno de nosotros lee la realidad que nos circunda de manera diferente, pero tenemos códigos comunes. Los que heredamos del pasado forman parte de nuestro acerbo cultural, pero los nuevos códigos que surgen en el presente deben conciliar su originalidad con el hecho de ser reconocibles, porque de lo contrario no formarán parte de nuestro lenguaje. A veces se tacha a la arquitectura contemporánea de narcisista porque levanta construcciones rompedoras que avasallan las que tienen alrededor, grandes moles de cemento, acero o cristal que se imponen hablando un idioma distinto al de la ciudad en la que se hallan. Pero también encontramos pruebas de que la arquitectura puede lanzar un discurso moderno reinterpretando antiguos lenguajes y crear una edificación con sello propio que encuentre su lugar en la trama urbana. Si además queremos dar respuesta a las necesidades sociales e individuales, contemplemos la Biblioteca Nacional de Información Pública de Taichung (Taiwán).
VisualARQ analiza la National Taichung Library

VisualARQ analiza la National Taichung Library. Imagen: J. J. Pan & Partners

La Biblioteca Nacional de la ciudad databa de 1923. Había llegado el momento de construir una nueva que fuera más allá de la función tradicional. En la actualidad, el conocimiento no está sólo en los libros sino en soporte digital y la biblioteca debía responder a las nuevas formas de acceder a él. ¿Qué caracteriza el mundo 2.0.? Que la información no se halla en compartimientos estancos sino que se comparte y fluye en todas direcciones. La fluidez se convertiría en el lenguaje compartido sobre el que desarrollar el proyecto y sería un elemento recurrente al preparar el proyecto. Fluidez de conocimiento. Fluidez en el acceso de los usuarios. Fluidez en el entorno, vinculándose a una de las características de la ciudad de Taichung desde su creación en el s. XVIII: los canales de riego. El flujo del agua de esos antiguos canales encuentra su contrapartida en el edificio, tanto en su diseño como en su funcionalidad y le dota de sus rasgos fundamentales: fluidez, interconexión y espacios cambiantes. Nuevas lecturas para los antiguos códigos de la ciudad. Estos conceptos se desarrollaron jugando con dos figuras geométricas, la cinta de Moebius y la botella de Klein. Interior y exterior parecen no tener fronteras. Así se diseñará el edificio –dentro y fuera- y su relación con el entorno.
Cinta de Moebius y Botella de Klein

Cinta de Moebius y Botella de Klein.

El estudio de J. J. Pan & Partners disponía de una superficie de 2.16 hectáreas para su proyecto. En él, levantaron un edificio de 42.000 m2, con cinco pisos de 6.600 m2 cada uno más dos sótanos. A primera vista, observamos un edificio en forma de L entre cuyos brazos hay un patio central. Todo él está rodeado de jardines desde los que se abren diferentes vías de acceso. No están dispuestos de forma homogénea sino que las suaves pendientes parecen fruto del azar y dan lugar a espacios específicos para usos distintos. La zona cubierta de hierba pretende invitar a la lectura en el exterior de la biblioteca mientras que la plaza pavimentada y los parterres crean caminos hacia el edificio. El edificio no interrumpe el jardín, sino que su forma de L se acomoda dentro de él.
La Biblioteca tiene forma de L y se encuentra rodeada de vegetación

La Biblioteca tiene forma de L y se encuentra rodeada de vegetación. Imagen: J. J. Pan & Partners

Las plantas elegidas son propias de Taiwán y también crecen en el tejado para crear un microclima en el corazón de la densamente habitada isla. Los pilares inclinados, con formas orgánicas, soportan un muro que zigzaguea y que a su vez será el apoyo de los pliegues de la fachada. No es una elección guiada sólo por la estética sino que el diseño es clave para la entrada de la luz natural, como veremos más adelante, llegando en formas muy diferentes al interior de las zonas de lectura. Es la luz –y la forma en que se precisa en el interior del edificio- la que modela la ondulación de la fachada. Además, los arquitectos ven en los pliegues de la fachada una evocación de las ondulaciones del agua que corría por los canales de Taichung.
VisualARQ examina las columnas inclinadas en el diseño de J. J. Pan & Partners

VisualARQ examina las columnas inclinadas en el diseño de J. J. Pan & Partners

El acabado exterior está realizado con paneles de composite ¿? (original: composite walls) con material aislante y sobre el mismo se han colocado mosaicos redondos en color blanco de ocho tamaños diferentes que nos recuerdan las piedras de río. Para la creación del diseño se utilizó Rhino, un programa muy adecuado para realizar las numerosas pruebas y modelos que se requieren en proyectos de este tipo. La importancia de la fluidez e interconexión que hemos adelantado se percibe también en la disposición de las ventanas del edificio, en las que se refleja el tráfico y los alrededores pero hay un ejemplo todavía mejor.
Vista lateral de la Biblioteca Nacional (Taiwan)

Vista lateral de la Biblioteca Nacional (Taiwan). Imagen: J. J. Pan & Partners

Se trata del interior, que merece una especial atención porque los cinco pisos del edificio han sido cuidadosamente estudiados y se les ha dotado de una personalidad diferenciada. A medida que subes en altura, lógicamente la vista del exterior cambia y se ha creado un diseño en el que el interior y el exterior se relacionan, encontrándonos de nuevo con la idea de flujo e intercambio.
Sección esquemática de la distribución en plantas de la Biblioteca de Taichung

Sección esquemática de la distribución en plantas de la Biblioteca de Taichung. Imagen: J. J. Pan & Partners

Cuando te adentras en el edificio, cada una de sus plantas sigue un lema diferente: la gente que pasea, los troncos de los árboles, el dosel que forman las copas de los árboles, la vista del perfil de la ciudad y el cielo. Se crea una continuidad entre el exterior y el interior que te permite olvidar que estás en el interior de un edificio, formas y colores juegan a tu favor. En la primera planta se encuentra la recepción y está dominada por el color naranja que representa la energía de la multitud y convive con la zona infantil, ambientada como un bosque animado.
Sección infantil ambientada en un bosque en la Biblioteca de Taichung

Sección infantil ambientada en un bosque en la Biblioteca de Taichung. Imagen: J. J. Pan & Partners

En el segundo piso se encuentran arcos de madera y ligeros pilares para recordar el tronco de los árboles. Al subir a la tercera planta encontramos las copas de los árboles transformadas en estanterías. Llegamos a la cuarta planta y vemos altas estanterías con marcos de iluminación para recordarnos las luces de la ciudad. Finalmente, en el último piso el tema es el cielo por lo que el mobiliario es blanco y curvado recordándonos las nubes y nos llega la luz a través de las claraboyas sobre nuestras cabezas.
La luz llega al interior por las ventanas y las claraboyas.

La luz llega al interior por las ventanas y las claraboyas. Imagen: J. J. Pan & Partners

El paso del agua por los canales tiene una analogía en las cintas de luz del techo puesto que guían nuestro camino por el interior de la biblioteca. Tras ellas se ocultan las conducciones eléctricas e informáticas. La sinuosa fachada es el motivo de que las ventanas tengan alturas e inclinaciones diferentes. La luz es siempre un elemento imprescindible, pero en un centro de lectura cobra especial protagonismo. Llega de formas muy diferentes al interior, por ventanas o por el techo, y permite que tanto el visitante que está junto a la ventana como el que se halla más alejado de ella tengan una iluminación adecuada. Las generosas ventanas permiten que cada cambio de luz y color en el exterior se vea reflejado en el interior. Para realizar este completo proyecto en Taiwan, se eligió al estudio J. J. Pan & Partners que tiene allí su sede. Fue fundado en 1981 por Joshua Jih Pan y actualmente tiene más de 200 miembros. Cuenta con oficinas en Taipei, Shanghai, Xiamein y Tianjin.
Detalle de la fachada comentado en el artículo de VisualARQ

Detalle de la fachada comentado en el artículo de VisualARQ. Imagen: J. J. Pan & Partners

Con su trabajo en la Biblioteca Nacional de Información Pública han demostrado que no sólo es “de Taichung” por su ubicación sino por la identidad que transmite su diseño. Fluye dentro de los jardines como el agua por los canales de la ciudad.
El programa Rhino ha sido utilizado en el diseño de la Biblioteca Nacional de Taichung

El programa Rhino ha sido utilizado en el diseño de la Biblioteca Nacional de Taichung. Imagen: J. J. Pan & Partners

(Artículo de M.A. Núñez)